El pasado 17 de marzo acudimos al Gabinete de Documentación Técnica del Museo Nacional del Prado, cuya misión fundamental es la de facilitar el trabajo a los restauradores, además de recabar información útil para los historiadores del Arte. Nuestra visita se dirigió principalmente al laboratorio, donde pudimos comprobar que, gracias a la utilización de técnicas como la radiografía o la reflectrografía infrarroja, se puede determinar cómo han sido pintadas las obras, qué procesos ha seguido el pintor para su creación, si ha utilizado bocetos previamente, el tipo de soporte, el proceso que ha seguido la obra a través del tiempo o las transformaciones que ha sufrido durante el proceso creativo del autor, etc, además de la identificación de marcas, sellos, clavos, uniones entre maderas, lienzos, firmas subyacentes, etc, estudios aplicables a nuestro trabajo de Análisis Documental y Forense.

de los casos que nos llamó poderosamente la atención fue el estudio que se hizo del retrato de la esposa del Primer Ministro Godoy, La condesa de Chinchón, pintado en abril de 1800 por Goya, cuando la joven, de 20 años, se encontraba embarazada de su primera hija. Es una de las obras clave de la retratística del pintor y en ella el maestro logra captar desde las dudas y preocupaciones de la joven, hasta sus alegrías y emociones más íntimas (Fuente: “Boletín del Museo del Prado. Tomo XXI Nº 39).

A la llegada del cuadro al Museo Nacional del Prado (en el año 2000) se realizó un análisis exhaustivo para comprobar el estado de conservación del retrato y determinar sus características técnicas…..y la sorpresa llegó cuando se toma la radiografía del cuadro y aparece lo que no se veía a simple vista, aquello “escondido” bajo la figura de la condesa.